El Desarraigo: un mal evitable

La Psicología entre nosotros fue una sección a cargo de Gonzalo Fuentes y  publicada en El Timón durante el año 1992, dedicada a la promoción de salud entre los trabajadores del mar desde la psicología.

Uno de los temas tratados fue el desarraigo.

Compartimos la nota con ustedes:

El Desarraigo: un mal evitable

El Timón Junio 1992 p2

El enfermo no lo es sólo en relación con un malestar orgánico. Desde una perspectiva integral, existe una unidad entre cuerpo y mente que se traduce en el caso de la salud y enfermedad en una propuesta
que diría más o menos: «La salud de un individuo implica un estado de bienes bio-psico-social». No inventamos nosotros esta definición sino que la extraemos de la producción de un trabajador de la salud comunitaria, un médico chileno llamado Weinstein.
¿Por qué decimos más o menos? En esta definición (ya lo suficientemente amplia) como en todas las definiciones existe el peligro de tomarla al pie de la letra en lo que dice, y en nuestro caso nos interesa tenerla como referencia y no como estricta definición. Pensamos que existen campos que no se cierran en esta definición o en otras por el estilo. Sin embargo entendemos que es una referencia muy útil por su misma amplitud y nos aporta un marco interesante para analizar la problemática del trabajo en la pesca industrial.
La primera pregunta que nos realizamos es acerca del estado de bienestar bio-psico-social y cómo se traduce en el caso del pescador.
Tomemos por ejemplo la esfera social y en la misma algunas conductas que hemos podido constatar a nivel de los pescadores.
En primer lugar sostenemos que el trabajo en la pesca industrial genera un efecto con múltiples consecuencias que se traducen al área familiar, individual y sobre todo en el área social.
El efecto al que hacemos referencia lo denominaremos desarraigo.
Este desarraigo implica un pérdida de contacto con las raíces, pérdida que definimos además como forzada, no dependiente de la voluntad del trabajador ya que es inherente a su trabajo como condición del mismo el permanecer en la mar por un período de tiempo acotado, pero siempre indeterminado.
Hacemos énfasis en esto último ya que allí se entrecruzan otros mecanismos del trabajo que operan sobre el desarrraigo: el trabajador no sólo debe permanecer sin tener otro vínculo social más que el grupo de trabajo, la tripulación, sino que además nunca conoce la fecha exacta de reintegración social (vuelta a tierra).
Los lapsos entre la llegada de un viaje y la salida al próximo varia entre doce y 24 horas. Incluso podríamos agregar que no existe nunca la posibilidad cierta de regresar sanos y salvos, ya que la seguridad con que se trabaja sobre un buque pesquero siempre es relativa.
Pero ¿qué consecuencias trae aparejadas este desarraigo?
Sin duda haría falta profundizar en los posibles síntomas y su relación con este concepto, pero nos encontramos posibilitados de abrir alguna opinión al respecto.
La conducta social del pescador en una corta estadía en tierra se divide en varios frentes: la problemática familiar fundamentalmente; los problemas económicos globales y particulares; el círculo de amistades y los posibles espacios de intercambio comunicativo que cada uno intente integrar a nivel social (comisiones pro-fometno, comisiones de padres de escuela, construcción de viviendas, clubes sociales, labores sindicales, entre otras muchas).

No tenemos dudas que después de haber trabajado durante varios días sin contacto de ningún tipo de estas actividades, comienza a operar un mecanismo que implica un doble juego en el cual aparece por un lado la necesidad de llenar los espacios que se dejan vacíos durante la estada en la mar y por otro lado la rápida acumulación de problemas y la frustración ante la imposibilidad de resolverlos. Este doble juego entendemos que es sumamente conflictivo y angustiante, porque cuando se empieza a tomar conociemiento de estas problemáticas, cuando se comienza a poner los pies en tierra, ya se debe partir, generando una situación frustrante por la imposibilidad de resolver absolutamente nada.
Los problemas familiares que de allí derivan muchas veces se traducen en dificultades de aprendizaje o conducta en la inserción escolar de los hijos, reclamos que denuncias de distintas maneras (no siempre verbalizadas) la falta del padre o compañero. La necesidad de huir ante la frustración es una manera de actuar de todo individuo en esta situación, huida que muchas veces se traduce en conductas que atentan contra el propio individuo como se puede ver en el alcoholismo (que se manifiesta en un alto grado en la pesca).
También nos cuestionamos si existen formas para llevar adelante una más adecuada inserción en lo social de parte del pescador cuando se carga con este desarraigo.
Respondiendo a los dos últimas preguntas creemos que el huir de la situación no sólo no soluciona las situaciones sino que las complejiza. En lo que respecta al otro cuestionamiento, pensamos que se pueden manejar elementos que ayuden a una inserción más adecuada, menos angustiante y frustrante del pescador en su medio extra laboral. Pensamos que un elemento sumamente sano en este sentido, es el mecanismo de los relevos rotativos, ya que en este sentido , es el mecanismo de los relevos rotativos, ya que comportan más allá de las variables económicas y solidarias para con los desocupados del sector, una inserción más duradera en el medio familiar y social de manera tal que permiten dar cuenta de alguno de los reclamos que giran en torno al desarraigo y las ausencias por él generadas. Otro de los elementos que pueden ser de utilidad para el manejo ente estas situaciones son, si bien complicadas, ya que necesitan un aprendizaje específico, muy sanas y hacen al manejo de la ansiedad, de las ganas de tapar todos los huecos que se producen por el trabajo.
Entendemos que como elementos que potencien la salud personal del marinero podríamos manejarnos a dos niveles relacionados entre sí: un nivel que implica una expresión jurídca en el mejoramiento de la situación laboral; otro nivel que toca al núcleo familiar y al manejo que en el mismo pueda haber de la situación de desarraigo.
Para ellos resulta necesario una profundización del concepto de desarraigo, ya que lo pensamos no sólo con consecuencias a nivel laboral jurídico o sociológico sino también a nivel psicológico. De todas formas, aunque resulta necesario investigar estas y otras variables en torno a la situación laboral existen posibilidades de pensar estos dos elementos que nombrábamos como potenciadores de la salud del pescador:

  • el aprovechamiento de los relevos rotativos y el goce de las licencias
  • el entender que no se puede resolver todo con 24 horas en tierra o menos, al manejar las urgencias que se nos presenten

Gonzalo Fuentes

Fuentes:

El Timón Junio 1992

El Timón Setiembre 1992

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