¡Gracias por la lectura!

Estimadas y estimados lectores, 

damos cierre a este pequeño homenaje a Walter Marín en un día muy especial: el Día del Pescador. 

Cada 2 de enero el Sindicato Único Nacional de Trabajadores del Mar y Afines (SUNTMA) recuerda la emblemática huelga de 1984. 

Ese día 2 entraba en vigencia el Decreto Ley 15.523, referido a la relación laboral de los tripulantes de buques de pesca de bandera nacional. En su artículo 7º el Decreto Ley establecía que: “Los tripulantes que hayan convenido la forma de remuneración a la parte no estarán sujetos a limitación de jornada ni tendrán derecho a indemnización
por despido en el caso en que éste ocurra.” Además, según el artículo 4º de la misma ley, se exoneraba a los empleadores de su obligación de alimentar a la tripulación.
Frente a esta resolución, la entonces Asociación de Trabajadores Marítimos (ATM) pro SUNTMA, con el apoyo de destacados abogados laboristas, llevó adelante el reclamo de que este Decreto Ley violaba claramente la Constitución, al negar a este grupo de trabajadores su igualdad ante la ley (Artículo 8º); y al contrariar el Artículo 56º de la misma, que establece la obligación del empleador de proporcionar alimentación adecuada al trabajador que deba permanecer en el establecimiento laboral.

Además del inicio de los procesos legales para lograr que dicho decreto fuera declarado inconstitucional, la totalidad de los buques de pesca nacionales estuvieron paralizados durante meses por una huelga masiva del sector; que incluyó medidas como una huelga de hambre por parte de 19 trabajadores.

Éstos y otros momentos de la historia de los trabajadores del mar en Uruguay son recordados en el libro «Desde el Muelle Mántaras. Memorias de un Trabajador del Mar».

La publicación buscaba mantener viva la incansable labor de Walter Marín en pro de dar a conocer la vida y las luchas de quienes tienen el mar como lugar de trabajo. Creemos que el objetivo a sido logrado: más de 500 personas descargaron la versión digital del libro y 150 pudieron acceder a su versión impresa. 

Sin sus lectores un libro sólo son palabras impresas. Por eso queremos agradecerles infinitamente por mantener vivas las memorias de este trabajador del mar y por ayudarnos en cada momento de lectura a seguir cumpliendo el sueño de Walter Marín. 

 Salú!

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